Llévame
Llévame por florecientes meandros que despiertan la fuente con lágrimas abiertas de azules deseos y vieja juventud. Llévame por los hilos que cubre tu rostro de felicidad triste como la caída de las hojas antes y después de la calentura solar. Llévame por tejados nocturnos y abiertos a la inmensidad de las palabras como las botellas compartidas entre amigos, entre labios y miradas fugaces. Llévame por la acera de tu boca como un niño que juega hacia el borde. Llévame por las venas cruzadas como coches jadeantes entre zebras salvajes. Llévame por las arrugas de tu almohada como pestañas caídas en sueños. Llévame contigo y no me alejes más.