ELLOS, mi hogar.
Para todos aquellos que luchan. La verdad es que nunca podía pararme. Siempre estaba haciendo algo, incluso molestar a mis hermanos me entretenía. Pero un día llegó una noticia inesperada y poco agradable. Sabía que su noticia cambiaría nuestras vidas pero eso solamente era el principio del camino. Aquel día mi madre nos intentó explicar qué le pasaba. No comprendimos nada. Pensé que sería algo que se podía curar, pero no sería tan fácil. A medida que pasaba el tiempo, todo iba empeorando. Él, a veces cambiaba... Dejó de ser cariñoso a ser un muerto viviente. Lo peor no era cómo estaba, sino cómo lo pasaban los de su alrededor. Su familia. Muchos de la familia no lo aceptábamos. Me mentía para tener más esperanza, pero ¿para qué? Lo suyo no tenía cura permanente, su enfermedad era crónica. Hasta que tuvo que pasar mucho tiempo para que comprendiera que lo que una vez fue, ya no lo sería jamás. Tenía su recuerdo de cuando volvía del trabajo o cuando nos lanzaba volando a la cam