Mucho ruido y pocas palabras.
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A veces hablar se me hace difícil. Escupo al hablar, tartamudeo y me pongo nerviosa porque intento hablar antes de pensar de qué voy hablar. Antes tenía mi propio idioma y todo era más fácil. Lo malo fue que nadie podía entenderme. Por eso empecé a hablar lo que correspondía, pero ni si quiera con este idioma nadie es capaz de entenderme. Es fácil juzgar al que habla y criticar cualquier cosa, pero lo que es más difícil es hacerte oír. En ocasiones sientes como tienes que levantar la voz para que te escuchen porque a tu alrededor hay demasiado ruido. Eso lo hacemos millones de veces y aún así seguimos estando ahogados por la profundidad del ruido y de las conversaciones vacías. ¿Dónde se quedaron esos días en los que se podía hablar entre susurros y poder contar las cosas sin miedo? Esos días no existen. Por cualquier cosa que digas o hagas serás criticado. Es algo típico porque es fácil de hacer. Por eso el hombre, a veces, es un lobo para el hombre. A la vez, que quiero que se m