Ahora soy un depredador de cada cosa que veo.
-¿Qué necesitas? -Un cambio. -¿De qué? -Un cambio de vida. Cambio. Una palabra que a veces es interpretada con buenas sensaciones pero otra veces... Es mejor ni nombrarla. En mi lugar, el problema es que nada a cambiado. He podido cambiar yo pero ¿y todo lo demás? Veo los mismos problemas y, a la vez, mi vida más amarga. No me siento mal, me siento fatal. ¿La verdad? Parece que todo va de mal en peor. Pero hoy he decidido. He hecho lo que me ha dado la gana, me he ido sin dar sin ninguna explicación... Simplemente, me he ido. Me he marchado. Cuando he cruzado esa puerta, me he sentido independiente. He sentido esa capacidad de iniciativa propia y he soltado la carga de la excesiva responsabilidad. ¿Harta? En realidad no... Pero cansada. Siempre lo mismo. Pues este es mi verano y ya es hora de pensar en lo que quiero. Si los demás no me quieren seguir allá cada uno con su vida, hoy era la primera vez en mucho tiempo que cogía esa puerta y me iba. Increíble, ¿verdad? Necesito al