¿Quiénes sois para vuestro tiempo?
Sois como el café y el azúcar. La suavidad de esa blanca piel rodea tus fronteras entre el placer y la responsabilidad. La diversión se encuentra en sus labios y los tuyos lo consumen con más frecuencia que el aire. Nada se interpone entre las virtudes de su hermosa figura. Sus brazos y piernas se estremecen al roce de tus huesos. Su piel se calienta al encontrarte entre las tormentas de su día a día. El lugar al que decide ir a refugiarse es en ti mismo, en el café. Ella solo espera descargar en ti sus frustraciones y no espera menos de ti. Lo quiere todo y quiere endulzarte. Ella no pretende cambiarte, sino hacerse tuya. Ella se atrevería a vivir bajo tu misma piel, pero sabes que su inocencia es un regalo. Busca calor en tus palabras y fuerza en tu sonrisa. Lo espera todo de ti porque anhela lo que no tiene y lo desea desesperadamente. Ella pide confianza y tú le presentas la sencillez de tu existencia que es suficiente para lo que ella quiere. Da gracias porque aparecieras como un