Horizonte, respóndeme.
Era como un eco en el vacío. Miré a mi izquierda y ahí estaba. No podría explicar lo que mis oídos escucharon. Era una explosión de aire y libertad. Una mezcla que pocas veces he podido admirar. Podría decir que aquella velocidad casi me hace salir volando. No tuve miedo, sabía que después de aquella línea finísima que partía el horizonte en dos, iba a estar de regreso. Iba a volver con la victoria dibujada en mis ojos, pero para mi ingenua inocencia eso no fue así. Todo fue un amargo sueño que creí estar viviendo. Tocé mis manos y mi cara, todo parecía de una claridad abrumadora que no pertenecía a este mundo. Creí que podía haberme quedado durmiendo en cualquier sitio que no fuera mi cama. La osadía de mi espíritu no conseguía marcharse de aquel lugar, no quería, no lo deseaba. Mi espíritu solo quería quedarse entre las aguas dulces de aquel sueño. Aquel eco en el vacío se repetía y mi espíritu vibraba al son. No sabía qué estaba haciendo, ni qué era aquello. Si pudiera mi esp...