Soy lo que soy.

¿Valorarme? ¿Hay alguien ahí? ¿Hola?

Escuchar tu voz resonando entre la nada, entre el vacío. Nadie escucha tus palabras porque parece que eres invisible o, simplemente, no eres importante. Aunque realmente si lo seas. Si comenzaras a pensar en cómo habría sido tu vida sin todos los acontecimientos vividos... Imagínate que tuvieses la oportunidad de elegir tu propia vida, viendo el presente pero en diferentes vidas. ¿No sería una gran oportunidad?

Deseamos cosas que no necesitamos. Queremos cosas que no tenemos. Nos quejamos de las cosas que no nos gustan. Discutimos con quienes más queremos. Nuestras vidas suelen ser así, aunque con pequeñas pinceladas distintas. En  ocasiones, anhelamos no haber tenido que recibir la vida que tenemos, pero ¿por qué esa vida, que es la tuya, y no otra?

También pensamos e imaginamos nuestra vida ideal... Cuando realmente no valoramos lo que ya tenemos. Tenemos familia o gente que ha cuidado de ti. Tenemos amigos aunque a veces, los matarías. Tenemos un futuro que nos lo construimos paso a paso, pieza a pieza, ladrillo a ladrillo.

En ese instante, tu mente se despeja. La habitación donde te encontrabas solo, ahora hay gente que está ahí contigo riendo, sonriendo e invitándote a que te unas a la fiesta que supone vivir y ser vivido. Tú sonríes y piensas que todo lo que se te ha perdido por el camino no tenía importancia, porque lo que realmente necesitabas era...

Posdata: Aprende a reírte de la vida, es lo mejor que puedes hacer.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Fruto de la herida

Todo...

Madrid me mata