Todo...
Hoy, después de una intensa discusión con mi progenitora. Entre
lágrimas, ira y odio, me he fijado en una caja grande, que tengo encima de la
mesa de estudio, de mi cuarto.
La cojo. La pongo encima de mi cama, me siento en mi cama. Y
abro la caja. Eran cartas, lo que guardaba y llenaba su contenido. Hacía mucho
tiempo que no las leía. Pero tengo que decir que me traen muy buenos recuerdos.
Primero he leído dos cartas de mi mejor amigo. Él está conmigo desde el 2009
hasta ahora… Una amistad que sabemos que va a ser duradera. En esas cartas,
donde sus palabras querían demostrar apoyo y orgullo, por habernos conocido. También he leído otras cartas de tres
personas, que pasan la mayoría del tiempo conmigo. Sí, date por aludida porque
eres una de ellas. Primero he leído las cartas que están decoradas con mucho
rosa. Su contenido era sincero, cariñoso y un poco desordenado. Pero como
siempre la he dicho, sabe dejar huella. La siguiente carta estaba decorada con
azul, porque es mi color favorito y también el suyo. Me ha pedido ayuda para
rayadas suyas, y yo la he dado todo mi apoyo y he hecho todo lo posible para
que sonriera, para que tuviera esperanzas y razones para seguir hacia delante.
Y por último, he leído una carta y he observado un regalo que me hizo, por el
amigo invisible. Siempre tan sincera, con esa mirada azulada que expresa una
gran imaginación y alegría por las pequeñas cosas de la vida. Siempre ha estado
ahí y nunca la he dado las gracias en condiciones. Gracias. Deberíamos volver a
ser un solo grupo, porque sabemos que no somos las mismas desde hace tiempo…
Pero no solo he leído cartas de estás tres personas si no también de otras dos personas.
Las conocí el año pasado, porque entraron nuevas al colegio. Al principio, no
es que me cayeran muy bien pero el tiempo me hizo conocerlas y ver que eran
unas grandes enamoradas de la vida. Pero este último año, no mantengo una
relación tan activa. EL motivo, que cada una está en una clase. Me revienta, no
poder verlas a menudo, ni quedar con ellas tanto como me gustaría. También me
encantaría saber de sus vidas, estar con ellas en clase y soltar las paridas
que hacíamos hace un año. Si leéis esto, os parece una buena idea, querer
volver a los viejos tiempos…¿? Espero una respuesta. También he leído más
cartas, como la de un amigo que hace muchísimo que no lo veo, y que siempre me
llamaba por teléfono. Te echo de menos, Benavente. Conozco a más gente que a lo
mejor tengo una carta, o no tengo cartas suyas, o puede que no tenga ninguna
foto en la que recordar aquel instante. Pero aunque no te nombre aquí, estás en
una parte de mis recuerdos, alegrías, buenos momentos, es decir, estás en mi
vida y en mi corazón. Puede que nadie lea esto, peor sabrá que son palabras
sinceras, que da una persona por aquellos a los que quiere. Mis respuestas a
aquellas cartas, yo no las tengo pero espero que sepáis que para mí sois
importantes. Siempre me han dado las gracias, nunca he sabido el motivo. Pero
tampoco me importa saberlo, solo sé que la que debería daros las gracias soy yo,
porque me soportáis, me escucháis… Lo hacéis todo por mí. Y vosotros sois lo
mejor que cualquier regalo.
Comentarios
Publicar un comentario