Talentos.

Desde que nacemos, se ven claramente cuales serán nuestras cualidades que nos harán diferentes a todas las demás personas de la sociedad. Si no desarrollamos estas habilidades, somos bastante poco inteligentes. Cuando realizas dibujos y se los enseñan a tus padres, ven claramente que es lo que tienes en tu cabeza, a tu familia. Pero vas creciendo, aprendes de tantas cosas que piensas que el mundo es infinito, conoces sitios nuevos y tus padres cada vez que te haces más mayor, depositan en ti varias responsabilidades. Pero si llegas a los 15 y te paras a pensar... he vivido bien mi vida...¿? he vivido bien con los demás...¿? con los amigos...¿? con mi familia...¿? Está claro que si tienes las ideas muy bien pensadas, nadie, ni nada, te hará cambiar de opinión. No hay que dejarse influenciar. Un elemento químico, si lo unes con otro, pierde todas sus propiedades convirtiéndose en otro, totalmente distinto. Ser nosotros mismo, conocernos a fondo, ponernos a prueba... es uno de los importantes objetivos de esta vida. Sé que la adolescencia está para hacer locuras, estoy muy de acuerdo con esto pero todo tiene un límite. Cuando menos te lo esperas te das cuenta de que tienes bastante capacidad de decidir, porque conoces los riesgos y las consecuencias. Muchas veces no sabemos si es una buena decisión, hasta que la hacemos, hasta que la ponemos en práctica. Pero ya es momento de coger las riendas de tu vida y decirte a ti mismo, es ahora de crecer. A ninguno de nosotros les gusta madurar, pero algún día habrá que hacerlo y seguro que la vida te sorprende porque quien se esfuerza y espera, tarde o temprano recibe una recompensa. 

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