Diario de una inocencia
-Sara despierta, que vas a llegar tarde. –Dijo su madre-
Sara
siempre era un poco dormilona, sobretodo si ese día comenzaba el colegio.
Comenzaba primero de primaria, en un nuevo colegio donde no conocía aún a
nadie. Su madre la dejó en la puerta de
la clase y se despidió de ella dándole un beso en la mejilla. Sara estaba muy
nerviosa. Al entrar en la clase se sorprendió porque veía a muchísimas niñas
corriendo y jugando en la clase, se dio cuenta de que no había llegado la
profesora. Fue a un sitio que se encontraba al lado de la ventana, en segunda
fila. Había en total cuatro filas verticales y entre cada fila había un espacio
para dejar paso. Podía observar que al otro lado de la clase había varios
armarios pequeños para guardar el material de plástica o incluso libros que no
cabían en la cajonera. Al final de la clase, cerca de la ventana se encontraba
un armario grande. Toda la parte al lado del armario había unos percheros para
dejar los abrigos. Sara decidió dejar el suyo y volver a su sitio. Todas sus
nuevas compañeras seguían jugando unas se tiraban el borrador manchándose el
babi, otras jugaban con sus muñecas, otras corrían por lo clase como si se
tratara de un corcuso de pilla-pilla. Pero ella estaba sentada en su sitio, simplemente
contemplando el panorama. Hasta que algo de la ventana la llamó la atención.
Era una mariposa de color púrpura, extraño color que ella nunca había visto en
un fantástico bicho volador. La mariposa ascendía hacia el cielo y Sara no pudo
ver hacia donde se dirigía la mariposa, porque en aquel momento entró la
profesora.
-¡Buenos
días!-Digo la profesora. Y todas las niñas se colocaron rápidamente en su sitio
y también la dieron los buenos días. La profesora cerró la puerta, dejó sus
cosas en el armario del final de la clase. Fue a su mesa, que se encontraba
cerca de la puerta y se sentó.- Hola chicas, que ilusión veros de nuevo. Puedo
observar que hay una chica nueva y os la voy a presentar.-Miró a Sara. Ella se
sorprendió, se levantó de su sitio y fue a la pizarra.- Hola. Me llamo Sara.-Y
sonrió. La profesora la miró y digo- Estamos encantada de conocerte, ¿verdad
chicas?-Y todas las compañeras respondieron si al mismo tiempo- Sara, gracias
por tu presentación puedes sentarse.-Y Sara volvió a su sitio y la profesora
continuó hablando- Espero que aprendamos mucho este nuevo año, porque comenzáis
una nueva etapa: Secundaria.
Sara
volvió a la realidad, porque estaba recordando cuando fue su primer día de colegio
y de ese recuerdo había pasado mucho tiempo y muchas cosas…
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