Te Odio...
Quiero que me dejes decidir. Ya me has educado, protegido... Déjame vivir, te lo suplico. Déjame vivir mi adolescencia. Sé que tengo responsabilidades y deberías saber que las cumplo al pie de la letra, pero por favor, no te inventes cosas que no son ciertas.
Me recuerdas a la madrastra de Cenicienta... Me quieres tener junto a tí para siempre. Pues que sepas que tarde o temprano, hablaremos y me saldré con la mía... No puede ser que me hagas sufrir de esa manera.
Lloro solo de pensar, que si me obligas a quedarme en casa, me estaré perdiendo parte de mi juventud. Quiero conocer, quiero hacer locuras, quiero seguir siendo diferente, quiero marcar mi propio estilo y demostrarle al mundo quien soy y a donde voy. Si me impides vivir, me rebelaré... Como he hecho hoy. Me he sentido genial, saltándome las normas, simplemente enfadándote. Pues que sepas que la que te vas a joder eres tú, no yo. Te vas a preocupar, pero eso a mí me da igual. Porque he aprendido a decidir y a vivir sin tus consejos, ni apoyos porque no eres nadie flexible y eso me limita a contarte cosas, que me encantaría compartir. No para que me digas si está bien o mal, si no para que sepas de mí, de mis pensamientos, de mis sentimientos, de mi vida...
Me recuerdas a la madrastra de Cenicienta... Me quieres tener junto a tí para siempre. Pues que sepas que tarde o temprano, hablaremos y me saldré con la mía... No puede ser que me hagas sufrir de esa manera.
Lloro solo de pensar, que si me obligas a quedarme en casa, me estaré perdiendo parte de mi juventud. Quiero conocer, quiero hacer locuras, quiero seguir siendo diferente, quiero marcar mi propio estilo y demostrarle al mundo quien soy y a donde voy. Si me impides vivir, me rebelaré... Como he hecho hoy. Me he sentido genial, saltándome las normas, simplemente enfadándote. Pues que sepas que la que te vas a joder eres tú, no yo. Te vas a preocupar, pero eso a mí me da igual. Porque he aprendido a decidir y a vivir sin tus consejos, ni apoyos porque no eres nadie flexible y eso me limita a contarte cosas, que me encantaría compartir. No para que me digas si está bien o mal, si no para que sepas de mí, de mis pensamientos, de mis sentimientos, de mi vida...
Posdata: Sangraré de dolor pero no me daré por vencida.
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