Difícil elección verdad...¿?
Cierto. Decidir entre la razón y el corazón, es más complejo de lo que nos pensamos que es. Por eso al enfadarnos, soltamos lo primero que se nos pasa por la cabeza. Pero eso se puede evitar. Se puede evitar decir cosas que hagan daño a los que más queremos. Pero no solo las palabras hacen daño, también las miradas, los actos... Si te enfrentas a alguien que está enfadado, su respuesta será un grito, un ataque de ira... No será más lógico, hablar con tranquilidad y pedir un poco de paciencia a la otra persona...¿?
Es lógico, pero no el camino más fácil. Hacer daño, es malo pero los que lo practican con regularidad, pierden el tiempo. Quitar la felicidad a los demás solo hará que te quedes sin nadie a tu lado. Sin nada que merezca la pena. 
Conclusión: Seguir siento el mismo es fácil pero cambiar es el comienzo de un camino de voluntad. Piénsalo. Y me dices. 


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