No entendía porque la
pasaban esas cosas. No se las merecía. Pero parecía que en el fondo, si las
cosas pasaban serían por algo… Ella iba caminando, con los cascos puestos a
tope. No estaba atenta de su alrededor, si no de su interior. No escuchaba
absolutamente nada del exterior. Entonces al ir caminando hacia el andén, sintió
que alguien le daba la mano, se giro y no vio a nadie. Pensó que serían cosas
suyas… Al entrar en el andén, observo que estaba totalmente vacío. Las puertas
se cerraron. Pero vio al final del vagón a una niña pequeña que lloraba. Era de
piel clara, con un color de pelo marrón. Sus ojos estaban inundados de rabia y
tristeza. Pero se podía observar que sus ojos eran marrones. Pero profundos
porque sabían como llegarte al alma. Ella se acercó a aquella niña pequeña de
unos 6 o 7 años. Y le preguntó:
-Por qué lloras pequeña…¿?
*Porque quiero crecer. Porque quiero saber. Porque quiero
ponerme maquillaje y mi mamá me dice que hasta que no sea mayor…-la miró-
-Ella se sorprendió ante la respuesta de aquella pequeña
criatura- Mmmm… Y ahora mismo pensarás que tu mamá es mala, no…¿?
*Sí. No me deja hacer lo que yo quiero, jolines.
-No crees que si te dice eso es porque te quiere…¿?
*No. Porque si me quisiera me dejaría hacerlo.
-Siento decepcionarte pequeña pero mi mamá se parece a la
tuya. También está prohibiéndome cosas. Pero hay que saber obedecer aunque no
entiendas el por que.
Un simple diálogo, una simple frase, una palabra… Te hacen
pensar, te hacen darte cuenta de la poca suerte que tienes, pero hay que ser
optimista: Podía ser peor. No siempre nos toca la vida fácil, nos suele tocar
la complicada, la jodida e impresionante vida. Aún no he descubierto qué hago
aquí…¿? Qué plan tiene Dios para mí…¿? O qué es lo que debo aprender antes de
partir…¿? Y tú, ya sabes cuál es tu misión…¿?
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