Conociendo es como mejor se aprende. Queriendo es como mejor se vive. Amando es como mejor te sientes. 
Para saber que es lo que te gusta o no, tienes que conocer. Pero no siempre conoces todo, simplemente aquello que te llama la atención o simplemente porque no hay nada mejor que hacer. Las cosas que existen están por alguna razón, pero luego eres tú quien decide si te gusta o no. Hoy me mostraron la verdadera cara de uno mismo. Con los que más conoces, no siempre eres tú mismo. Porque no se ha presentado la ocasión para ver tu reacción y eso, ni dificulta pero te sorprende cuando ocurre. Callar los pensamientos, solo te atormenta. Contarlo, te quita un peso de encima. Durante toda nuestra vida, vamos a cambiar, vamos a decidir. Una de las decisiones más importantes es: ¿Quién quieres ser? Por eso, toda nuestra adolescencia, estamos cambiando, comprobando, experimentando, averiguando, degustando, descartando... Hasta que un día, ya somos alguien. Yo somos alguien del que nos sentimos orgullosos. Porque estás feliz contigo mismo. Es obvio, que muchos te criticaran pero siempre se puede mejorar o recapacitar. Si queremos, si no... Preocuparemos a los de nuestro alrededor. Pensamos que si no contamos nuestros pensamientos, haremos que los demás no se preocupen por ti. Eso no es cierto, la gente a la que le importas, siempre se preocupará por ti. Siempre querrá estar ahí. Siempre tendrá ganas de saber de ti. Valorar lo que tenemos, siempre. Porque cuando menos te lo esperes te arrepentirás de no haber hecho algo, que deberías haber resuelto.
Posdata: Nunca pierdas a un amigo, porque... Te arruinarás la vida.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Fruto de la herida

Todo...

Madrid me mata