Inconformista.
Nunca había estado tanto tiempo sola. Encima no al aire
libre, si no entre las cuatro paredes de mi querida habitación. Me gustaría
tener más libertad. La capacidad de decir: ‘Me voy, en un rato volveré.’ Y que
me dejen hacerlo, pero esas no son mis circunstancias. Me gustaría tener una
adolescencia típica. No sé, disfrutar de largos ratos haciendo el tonto sin
tener ninguna preocupación demasiado pesada. Me gustaría volver más tarde a
casa. Me gustaría que existiera una confianza entre madre e hija. Me gustaría
tener la opción de no sentirme responsable de todo. Me gustaría no haber
cometido errores pasados. Me gustaría tener una familia normal. Me gustaría
hacer cosas que me gustan pero mi lema
es: Primero la obligación y luego la devoción. No me gusta ser así pero
lo soy. Soy de las típicas que cuando está en juego su familia o cualquier
persona que le importe, decide hacer el deber, antes que el querer. Cada vez me
preocupa más desperdiciar mi adolescencia. Veo que soy demasiado… Responsable.
No he ido a ningún sitio a pasarmelo
bien de verdad. No he experimentado esas consecuencias que llevan el alcohol.
No he experimentado esa sensación de paz interior. No he experimentado la
tranquilidad de conocer a los míos. No he experimentado esa sensación de perder
a un ser querido. Sé que queda muchas cosas por vivir, pero cada vez el tiempo
se pasa más deprisa. Para mí es mortal, no salir un sábado para desconectar de la
semana. No me gustan muchas cosas y lo peor de todo es que no acepto que esas
cosas, SIEMPRE, van a ser así.
Posdata: Podía ser peor, no…¿?
Comentarios
Publicar un comentario