Nunca digas nunca.

A mí nunca me dijeron que me rindiese, que tirase la toalla. Nunca me enseñaron que la vida solamente, se vive una vez. No me mostraron esas ganas imponentes de salir al exterior y mostrarle al mundo lo que vales, quién eres y que eres capaz de dar lo mejor de ti mismo. Nunca me detuvieron para vivir. Nunca me prohibieron disfrutar de lo que es ser joven. Nunca me dijeron que las penas ocupan todo tu tiempo. Nunca me mostraron que la vida sin errores, no es vida. Nunca me negaron que la realidad es mucho peor que la irracionalidad. Nunca me prohibieron que me ilusionara, que creara metas, que realizara proyectos, sueños, metáforas, cuentos y dramas. Nunca me había parado a pensar lo que significa ser adolescente. Ser joven. Nunca me había levantado con tantas ganas de comenzar un nuevo día y superar de una vez por todas, todo lo pasado. Nunca había tenido ganas de contagiar al mundo de la gozada que es vivir y sentirte vivido. Nunca había dicho que mi vida fuera perfecta pero que merecería la pena vivir, una vida de pasiones que nunca haber vivido. Nunca me dijeron que debería haberlo hecho hace tiempo... Pero hoy estoy aquí y estoy dispuesto a luchar por lo que quiero: Vivir y ser vivido. 

Posdata: Los obstáculos son piedras del camino pero tú diriges tus límites. Yo he marcado los míos, ¿cuáles son los tuyos? 


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