¿Sitio?

-¿Hay sitio?
-¿Sitio? ¿Dónde?
-¿Hay sitio en este mundo?

Nunca me he considerado alguien especial, ni fuera de lo normal. Me considero alguien entre un millón y nada más. ¿Decir? Tengo muchas cosas que decir. ¿Callar? Callo por no seguir hablando, por no seguir pensando, por no seguir derramando charcos de agua. No tengo miedo, solamente a las películas de miedo. ¿A la oscuridad? Hay a veces que me comprende, otras me protege y otras me excusa para no tener que dar explicaciones. ¿Pertenecer? No pertenezco a nada grande. Me gustaría y quiero hacerlo. Pero ¿por qué siempre que intento pertenecer a un lugar, donde me gusta estar, nunca puedo hacerlo? Pregunta, sin respuesta. Me recuerda a un día, en el que vi una foto con gente. Pero yo realmente no debería haber salido en esa foto. No pertenecía a aquel lugar, a aquel sitio, a ese lugar donde disfrutaba. Hace tiempo que no me siento comprendida por nadie, solo hay uno que me entiende y no es de este mundo. Odio guardarme las cosas, pero cuando abro la boca, la fastidio bastante. ¿Quieres saber que me pasa? O mejor, qué no me pasa. ¿Qué necesito? ¿Tengo que darlo todo por algo, cuando ese algo no hace nada por mí? No es justo. No es lógico. Es la mierda de personas que ahora integran el mundo. ¿Leer? ¿Leer mis pensamientos? Pocos, por no decir, muy pocos. ¿Conocerme? Ni en sueños. ¿Por qué? Porque nunca se me llega a conocer del todo. Un día puedo sorprenderte y al otro, puedo ser demasiado previsible. A veces estoy y cuando estoy solo unos pocos, se dan cuenta. ¿Quién está conmigo? Menos de 5, eso te lo garantizo. ¿Dudar? Dudo de que alguien se acuerde de mí.

Posdata: Quien calla demasiado es porque tiene mucho que decir y no sabe por donde empezar.  



Comentarios

Entradas populares de este blog

Fruto de la herida

Todo...

Madrid me mata