Falsa Navidad.
''Siempre dicen… Hay que ayudar por Navidad.''
Siempre me gustó la nieve, pero el frío es horroroso. Hace
que mi nariz se ponga roja y que mis pies no sientan nada, excepto el calor de
la calefacción. Mis manos se cubren de guantes para evitar que se me rompan los
dedos. Mis labios se secan y hago uso de la vaselina. Mis ojos no se cierran
por el frío, más bien se quedan abiertos y no paran de mirar de un lado a otro.
En navidades, la televisión anuncia juguetes, regalos, viajes para regalar... Pero,
sobre todo, campañas de ONGS para ayudar a los más pobres en dinero, pero no en
espíritu. Esos anuncios no deberían crecer el interés durante estas fechas,
deberían hacer reaccionar a todo el mundo durante todo el año.
No hace falta, marcharse lejos para ayudar. Empieza desde tu
entorno y hasta donde tus pies te lleven. Es cierto, que en otros lugares del
mundo la situación es desastrosa, pero es peor levantarse cada mañana ante un
lugar que siempre empeora y nadie lo mejora. Hay que abrir más los ojos, para
ver lo que es real y, no lo que queremos ver. Las personas que duermen en la
calle, que piden limosna en el metro y cantan en cualquier sitio nos piden
ayuda todos los días. Aunque no lo digan directamente, solamente hay que
mirarles a los ojos y saber que necesitan dinero para poder comer o dar de
comer. Esas personas son las que mejor viven estas fechas porque intentan ser
optimistas aunque la vida que tengan, no sea la más sana o digna, pero por lo
menos aún están vivos. Hay que colaborar siempre, aunque sea por propio interés…
Dar al que no tiene, hace que recibas más de lo que das. Es difícil pararse
ante alguien para darle dinero cuando nadie se molesta en hacerlo. ¿No dicen
que somos la generación moderna? Pues que se note que ayudamos a los demás,
aunque sea dando lo poco que tenemos.
Posdata: Pedir perdón y escuchar a otros no te hace distinto
del resto… Eso es lo que te hace ser humano.
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