"Dios ha muerto".

"Dios ha muerto" (Nietzsche)

La vida en en campo era dura y sencilla. Las manos de aquellas gentes eran ásperas y fuertes. Su piel estaba bronceada por el sol que les daba mientras trabajaban. La vida en la ciudad era distinta. Había fábricas, trabajadores madrugadores, salarios mínimos, jornadas largas y sin descanso. La comida ausentaba los estómagos de los más pequeños. El resto de ciudadanos no pensaba, ni creía que existieran personas que vivieran así, pero no eran conscientes de lo que empeoraba el mundo.

A medida que ha aumentado el tiempo, nuestra sociedad ha progresado, pero otro tema es si a bien o a mal. Se han descubierto más curas para combatir enfermedades. Se han dado enfermedades sin cura. Se han creado nuevas formas de concebir pero eso no sale "gratis". A su vez, se ha desarrollado técnicas para desechar la concepción. Se ha hecho creer al mundo que lo anormal, ahora es normal. Se han redactado más documentos de paz, pero eso no ha frenado los enfrentamientos, las amenazas y la toma por el poder. Se ha hecho creer que una vida sin Dios es una vida fantástica, sin peso, sin ataduras, sin sometimientos.
Nos han hecho creer que somos dueños de nuestro propio destino, cuando, realmente, nos sometemos a lo que nos han dicho. Creemos antes en la ciencia que afirma que la verdad es mejor que la mentira, pero, a su vez, esta afirmación en un acto de fe... ¿Por qué la verdad y no el engaño? Realmente, ¿sabemos si nos han engañado? Creer que la felicidad reside en una fórmula es creer en mentiras verdaderas. Creer que Dios oprime, es no saber quién es Dios. ¿Te lo has preguntado? Vivimos entre el odio, el rencor, los intereses y, aún estando en estas circunstancias, optamos por vivir sin Dios. Optamos por vivir en la oscuridad, en la injusticia, en el soborno. Decidimos vivir en la ley de los hombres.  ¿Quién nos guía sino es Dios? ¿Un presidente? ¿Un rey? Nadie. Nunca serás dueño de tu vida, si vives entre mentiras.

Posdata: Nietzsche proclamó la muerte de Dios, cuando para él Dios nunca estuvo vivo.

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