Ley del aborto, mejor dicho, matanzas gratuitas.

Demasiados males sufre este mundo. Sigo preguntándome cuánto tiempo aguantaremos.

 Siempre nos imaginamos un futuro ficticio acerca de la destrucción del mundo como que el sol se apagará y nuestro mundo perecerá, la caída de un meteorito, la llegada de alienígenas, la invasión de un virus infeccioso, la aparición de zombies... Nos encanta crear historias acerca del fin del mundo, pero el mundo no puede acabarse todavía... Ese momento puede que se aproxime por cada día que pasa. Las noticias cuentan lo mismo: guerras, asesinatos, violaciones, corrupción, hambre, pobreza, paro, Europa... Creo que este siglo es uno de los peores que ha sufrido la historia de la humanidad porque en vez de progresar nos estancamos. Cada vez es más normal ver el mal en todos lados. Es fácil mantener la cabeza ocupada en tus propias miserias, pero aún existen personas que están dispuestas a cambiar el mundo. No es ser idealista, es ser humano. Hoy en día no somos humanos, estamos influenciados por todo lo que nos rodea. Estamos influenciados hasta en la forma de vestirnos. A veces nos comportamos como auténticos descerebrados porque nos dejamos llevar. Consideramos como ´´normal´´ aquello que es ´´anormal´´.

Existen muchos temas bastante discutibles que la sociedad todavía no ha aceptado porque existen numerosas opiniones como la religión, la homosexualidad y el aborto. Hoy es un día clave a recordar para la historia nacional, porque dimite el Ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón. Dimite por distintos motivos, pero un motivo en particular ha llamado mi atención. Este político tenía como proyecto reformar la  Ley del Aborto que entró en vigor el 5 de julio de 2010. En este día, 23 de septiembre de 2014, se ha renunciado a la reforma de esa ley y, a su vez, ha abandonado la política porque no ha podido cumplir este objetivo de su programa electoral.

La intención de este personaje era cambiar. Me da igual que fuera un cambio bueno, malo o con intereses, simplemente quería cambiar algo que no le parecía correcto. Apoyo esta intención porque no estoy a favor del aborto. No estoy a favor del aborto porque no considero que abortar sea un derecho. Los derechos de los que gozamos actualmente han tenido su historia. Nos olvidamos de todo aquello que ya tenemos, sin preguntarnos cómo llegaron a nosotros. La historia es la ciencia más exacta porque expone hechos. Las acciones conllevan consecuencias. El aborto es un derecho que hoy se exige en mi país o por lo menos así lo defienden. No estoy de acuerdo porque pienso que es un capricho que se nos ha antojado a las personas ´´contemporáneas´´. Si yo me hubiese quedado embarazada a los 16 años, me hubiese entrado el miedo y el pánico. Lo primero que debería hacer es contárselo a mis padres porque no puedo hacerme cargo de esa situación, es decir, necesito ayuda pero el Gobierno no debería darme una salida fácil para desprenderme de ese pequeño bulto que me va a ir creciendo. El Gobierno debería fomentar la conciencia acerca de la concepción y de la vida. Como he dicho anteriormente, las acciones conllevan consecuencias, por lo que, lo lógico sería aceptar esa consecuencia. Pues estamos empeñados en no aceptarla. Estamos equivocados porque no podemos acabar con la vida que crece en nuestro interior. Al llegar a este punto me pregunto, qué es la vida. La vida, según la RAE, es la fuerza o actividad interna sustancial, mediante la que obra el ser que la posee. El concepto de vida no es un concepto relativo, es un concepto único porque, como indica su definición, es la propia fuerza que realiza todo ser vivo para sobrevivir, es decir, para mantener la vida. Abortar no es un derecho porque, según la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el artículo 3 cita lo siguiente: Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona. Por qué queremos aceptar como normal algo que no es normal. Es delito matar a alguien, pero no es delito matar a un ser que es concebido, es decir, matas a tu propio hijo. Eso es un hecho que queremos considerar como relativo, cuando en  realidad no podemos considerarlo como tal. Si luchar por nuestros derechos es matar a otro ser humano, entonces podemos afirmar que el fin justifica los medios, por lo que todo fin que tenga una intención beneficiosa para la persona, es una acción buena. Si el fin justifica los medios, estamos considerando como medio a una persona, cuando el concepto de persona es proyecto de vida.

En conclusión, no podemos considerar que el aborto sea un derecho, cuando es un derecho que va contra la libertad de la persona.

                                      
Tú luchas por tus derechos, ¿ y por los suyos?


Fuentes:
El contenido de las leyes sobre el aborto  El País
Gallardón Dimite El ABC
Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo. Boletín Oficial del Estado

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