Por siempre.

A veces me tengo que sentir afortunada. Pero algunos días piensas en todo lo que te quita el tiempo y tus decisiones.

No puedo evitar acordarme de ti. Nuestra última conversación no fue de las mejores. Venías a despedirte de mí. Te pedí que no lo hicieras porque nadie se preguntaría más por ti. Me mata que te marches sin saber a dónde vas. Ojalá pudiera acompañarte. Ojalá... Pero confía en dónde te lleven tus pasos. No pido que me recuerdes todos los días, lo único que pido es saber que estás bien. Es una lástima. Has aguantado todo como has podido. No todo el mundo hubiera sido tan valiente. Espero que lo que te depare Dios sea mejor que lo que dejas atrás. Nunca dejaré de pensar en ti porque cada rincón de mi habitación tiene tu nombre y tu risa. Espero vernos pronto. Espero que todo vaya bien. Espero tu llamada y a ti contenta.

Algún día todo esto será una pesadilla que con el tiempo nunca podrás olvidar, pero has conseguido seguir viviendo con las personas que te rodean. Allá donde vayas conoce gente, pueden ayudarte más de lo que crees. Mis brazos siempre estarán abiertos para volver a verte. Nunca olvides que siempre estaré en lo bueno y en lo malo porque eso es lo que hacen las personas cuando quieres a alguien.

Te quiero. 

Buen viaje.

Posdata: Hay viajes que jamás terminan, pero tu hogar es aquel en el que decidas quedarte.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Fruto de la herida

Todo...

Madrid me mata