Ciudadanos en los vagones.

La injusticia la vemos todos los días y, aún así, pensamos que nada de eso nos afecta.

El mundo siempre ha estado en movimiento. Desde que empezamos a escribir, hemos aprendido y, a la vez, hemos peleado mucho. Aunque pensemos que nuestra época es de progreso, en realidad es de retroceso porque tenemos más medios para ayudar y sigue existiendo el hambre en el mundo. Sabemos hablar, ahora lo llamamos parlamentar y sigue habiendo guerras. El dinero viaja de un sitio a otro y sigue sin llegar a aquellos que viven en la miseria. Como puede ser que lo tengamos todo para arreglar este mundo y continuamos sin preocuparnos, sin pensar que hay otros como nosotros que sufren y luchan por sobrevivir.

Aquí los niños no mueren de hambre, pero en África sí. El estómago se les hincha y les hace retorcerse de dolor. Nosotros solamente sentidos un pequeño hormigueo en nuestras entrañas y podemos permitirnos picar algo antes de tener la comida en la mesa. También, en nuestro país muchas personas recurren a pedir limosna en cualquier sitio. Cada persona que se sube al vagón, te pide disculpas por tener que escuchar su historia. Es curioso que lo hagan porque saben que a nadie le importa, pero ellos solo reclaman una mínima atención. Algunos tocan para agradecer que les proporcionen una pequeña ayuda, otros muestran sus heridas de guerra y caminan con la cabeza alta, aunque su alma se sienta frágil. Muchos solamente reclaman tu atención para que les escuchen, porque cualquier día, cualquiera de nosotros podríamos llegar a esa situación y nos gustaría que fueran amables o algo delicados con nosotros. No regaño a nadie porque cualquiera puede decidir cómo ayudar, pero a veces se te parte el alma cuando esas personas te hablan de sus hijos y que hacen lo que hacen porque les quieren. A esas personas que se levantan día a día en busca de trabajo o de comida para su familia, son las personas más valientes que jamás habrán existido porque son supervivientes en tiempos de guerra.

Posdata: El hombre empático debería ser el progreso.

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