Reírme es poco.

No tengo miedo a nada.

Si el día es gris, no soy ceniza. Si el día brilla, no soy un sol. Si el viento despeina mi pelo, no soy un huracán. Si me ponen mala cara, no la devuelvo. Si me meten un dedo en el ojo, no le hago lo mismo.  Si estoy en la oscuridad no corro, vuelo. Si estoy aquí sola, te digo que no lo estoy.  Si te miro a los ojos y mi cara no sonríe es porque entiendo esas lágrimas y ese dolor. Si me dices que soy desconfiada, te digo que ya no lo soy porque hasta el más cobarde tiene un poco de bondad con alguien. Si te insulto me disculparé, pero si te llamo idiota mis razones tendré. Si te reprocho cosas que no hiciste, regáñame porque no estaré siendo justa. Si me enfado nada bueno te diré, pero sabré callar y ceder. Si no me quieres no lo entenderé,  pero comprenderé que entonces jamás pudiste hacerlo. Si te miro y te mato con la mirada, solo puedo decirte que huyas. Si miro a la nada y nada digo, no me interrumpas porque mi mente no estará en blanco. Si no te digo lo mucho que te quiero no me mal interpretes porque será que te aprecio con locura. Si con tan poco que hables conmigo entiendes quién soy, te aseguró que te sorprenderás.

Esto no va sobre mí y mi gran personalidad. Esto trata sobre cómo pueden verme los demás. No puedo decirles nada porque seguro que más de uno piensa y coincide su primera impresión con lo que es. ¿Es así?  Pues si es así, ahora puedo decir que se equivocan en todas esas conjeturas, prejuicios y primeras impresiones. Una persona es lo que es, lo que esperan de ella y lo que es para los demás. Ante todo soy algo más que un alguien que vagabundea por el metro o se ríe por cualquier bobada que le resulte divertido. Soy hermana, hija, amiga, amante, cuñada, sobrina, nieta, tia, prima... Soy alguna de esas cosas para alguien y para aquellos que no soy nada, me atrevo a decir que llegaré a ser algo de eso. Con la condición de que haré el idiota cuando toque, me pondré seria, me emborracharé, me enfadaré pero siempre acompañada. ¡Ah, pero no quiero ninguna compañía concreta! Quiero a todo aquel que sea capaz de hablar en alto y ser sincero conmigo. Quiero a cualquiera que quiera reír conmigo, pero jamás de mí. Aunque escriba todo lo que quiero, no siempre llega todo lo que espero. Solo puedo decir que me río mucho, porque una sonrisa lo cambia todo. Quiero a gente despierta, está claro que no quiero a descerebrados poetas. 

Posdata: Los idiotas no sufren metamorfosis. Siempre fueron así.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Fruto de la herida

Todo...

Madrid me mata