Siestá

Voy a Tu encuentro entre el valle y la niebla.
Hacia mí caminas descalzo.
Tus manos arrancan de mis entrañas
las llagas de mi ojo.
Mi boca deja de estar seca.
Mi cabeza se despierta de la siesta,
se siente a salvo.
¿Dónde?
En ninguna parte,
sino en Ti.



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