Dibujar fuera de la línea.

Los principios los elegimos. Configuramos nuestra personalidad a raíz de lo que vamos experimentando. Los golpes, las alegrías, las pérdidas nos determinan. Creemos que tenemos que representar un papel porque es lo que esperan de nosotros.

Creemos que eso es lo correcto, lo coherente. En mi opinión, no lo es. Para no caer en la mediocridad hay que crecer, hay que aprender a recoger las oportunidades al vuelo al igual que la experiencia de nuestros mayores. Hacer lo que esperan de nosotros no es felicidad, es un destino triste. Quizás, la culpa es nuestra por creernos lo que otros nos dicen. ¡Qué sabrán ellos! Lo que manda en tu alma es tu capacidad de crear, de destruir y de volver a crear. La categoría que nos ponen nos corta las alas, nos juzgan y juzgamos por la idea que creemos tener. No hablemos de etiquetas porque lo que hay detrás de las decisiones, no nos corresponde ponerlo en juicio.

Vivimos esclavizados de lo que se espera de nosotros. Cuántos viven escondidos y perdidos en sus propios hilos. Cuándo dejaremos de formar parte de los estereotipos y configuraremos lo que queremos llegar a ser. El esclavo es aquel que nunca creería sin sus cadenas, el creyente daría un salto sin pensar qué habría después.  

Estamos preocupados por lo que podemos oír de nosotros. Desde hace mucho tiempo, a mí eso me da igual. Me importa lo que Dios piensa de mí. Lo que ven los demás desde fuera es lo que les dejo ver. No conocen el interior de nuestros pequeños mundos, porque temen mirar, abrir sus pequeñas nueces y caer ante lo evidente.

Creo en un nuevo lugar donde la destrucción, la representación y la máscara pueden quedarse relegadas a un segundo lugar. Creo en la capacidad de cualquiera para elegir. Llamo la atención de los que no se gustan a sí mismos, de quienes viven hacia fuera y no hacia dentro, de los que sufren en silencio, de los que han empezado a gritar en vez de a hablar. Llamo la atención de cualquiera que quiera dibujar fuera de la línea. Os llamo a nunca dejarse encajar del todo en este mundo porque no somos del todo de este mundo.

Posdata: No hay límites, solo coraje. 


Fotograma de  
''Hasta el último hombre'', 
Mel Gibson.  

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